Y así, sin más miedos, doy comienzo a esto. “Aquí yace un pájaro. Una flor. Un violín”. Epitafio, Juan Gelman. Extravío Fumabas en la oscuridad, inquietante, algo hiriente. El humo salía de tus labios y dibujaba recuerdos. Un conejo, una niña, un pozo. Y caías en una lágrima por un eterno delirio. Eras frágil, podías hacerte miles de pedazos. Y eso pasó. Pero regresaste, tenías muchas vidas por sufrir. Fumabas en la oscuridad, dibujabas, caías. Eras lágrima, eras fénix. ¿Tan blancos estaban tus ojos que no sabías quién eras? Dorada. Tenías el sol en tu cuerpo y la noche oscura en tu cabeza. Fuego y humo, pensabas, peleabas y resistías. El mundo nos arrastra a perdiciones porque seguimos a los que nunca se encontraron. Helmut Newton.